jueves, 3 de octubre de 2013

UNA TARDE TRANQUILA DE PRIMAVERA



Una tarde tranquila de primavera
me crucé con sus ojos llenos de pena
y pregunté quién era Ella
Consuelo me dijeron y ahora es mi Reina.

La noche la pasé en vela
recordando su mirá
y a las claritas del día ya no me pude aguantar
caminaba por su barrio bendiciéndolo al pasar
y con fervor el rosario nos pusimos a rezar.

En su mano un pañuelo de pena amarga
cinco perlas caían sobre su cara
y en tu suspiro madre derramas
el Amor y el Consuelo pa nuestras almas.

Bajo su palio de filigrana
va tras su hijo de manos atadas
y a la media luz del amanecer, se pone en su rostro un no se qué.

La mecían al compás sus costaleros
con cariño la mecían
y las gentes al Consuelo
la miraban y decían
bella paloma del cielo.